"los hombres huecos". patricio Moleon
En el artículo anterior trabajamos sobre cómo
se construye la realidad en nuestro tiempo y su incidencia en jóvenes y adultos
a partir de la conectividad de relaciones fetichizadas que ubican el malestar
del
Yo en el eje de las discusiones de redes favoreciendo la disociación
entre realidad virtual y el mundo concreto en el que vivimos o
en el que otros apenas sobreviven, en el caso de Argentina por ejemplo en la estadística de abril de 2018 (hace unos días entramos técnicamente en recesión, lo que indica que
este número sería mayor) el 62,5 % de los niños están en situación de pobreza y
si ponemos de tope los 17 años es el 65% de niños y adolescentes… y este no es
tema de preocupación en las redes y aparentemente tampoco lo es en las
actividades concretas.
Los malestares conectivos no inciden de la misma manera si nuestra
práctica es la de un escultismo realista o la de un escultismo
parlamentario; en el primer caso nos encontramos con jóvenes
y adultos que ante el encuentro con la realidad de sus comunidades
concretas pueden verla, juzgarla y actuar en ella… en el segundo caso nos encontramos con jóvenes
y adultos que miran la realidad con los lentes
de la conectividad buscando en ella los signos que la red indica mediatizando
las relaciones con los fetiches ideológicos que asumen como propios lo
que tampoco es sin consecuencia, en tanto parasitan las relaciones por capilaridad
del biopoder entre jóvenes, adultos, sus comunidades y las actividades,
en tanto se favorece la alienación del Yo al discurso que
ofrece la infoesfera como si esta fuera la problemática real de los
niños, los jóvenes y sus comunidades.
LOS MALESTARES DEL YO.
La “religión americana”
madre de la inflación del Ego y sustrato de la psicología norteamericana
parte del supuesto de que el Yo es amo de su casa haciéndolo
coincidir con el cuerpo, de allí surgen muchos términos que actualmente se
establecen como paradigmas culturales disfrazados de ciencia. Osvaldo Delgado al referirse Byung
Chu Lan y los usos actuales de la perspectiva de género es muy claro
al afirmar que “para el psicoanálisis el yo no autopercibe nada. No hay identidad sino identificaciones,
y las intrusiones médicas en la anatomía dan cuenta de la caída contemporánea del
campo metafórico y del empuje a la
literalidad del imperativo de goce del capitalismo actual”.
El Malestar
en la Sexuación:
El cuerpo, el goce y la culpa se instauran en un tiempo donde la
cultura no talla inaugurando la humanización que siempre
será singular, uno por uno y la soledad… punto por demás importante
a la hora de pensar la constitución del Yo en tanto que
como modo de afirmación siempre estará en tensión con los otros
(agresividad) y en falta sin que exista un objeto posible de colmarla,
sintiéndose perjudicado por ello, suponiendo que existen quienes sí gozan
en plenitud.
La cultura ofrecerá formas de tratamiento de esa falta de goce infinito y la
imposibilidad de nombrar el ser, en primer lugar, con identificaciones
y semblantes que permiten que el sujeto se oriente en cómo hacer con
ello. Recién en este punto podemos decir que importan las variaciones
culturales y su relación con los imperativos de la época, que en
nuestro caso con la instauración del sujeto neoliberal, al apuntar a la
destrucción del amor y sus posibilidades metafóricas se desliza hacia un imperativo
a gozar del cuerpo en consonancia con la estructura económica
neoliberal de lo ilimitado.
El discurso de la cultura neoliberal puritanista[1]
e individualista en su idealización pretende eliminar
lo constitutivo del hombre y no tiene chance de triunfar… recordemos que hace
unas décadas se hacía campañas de “no le
compre juguetes de guerra a sus hijos” como si ello hiciera mella en la
agresividad constitutiva del hombre; hoy se hacen campaña de que “no hay juguetes de nenes y de nenas”
como si eso tuviese que ver con la sexuación y la tragicomedia de los sexos…
¿acaso no merece la pena pensar hasta qué punto debemos intervenir en los
semblantes que orientan y canalizan la agresividad y la condición sexual en
tanto son más una solución que un problema?... después de todo, son los niños y
jóvenes quienes eligen dentro de la oferta de la cultura… siempre es mejor
jugar que actuarlo en la realidad, y de esto los psicólogos y psicopedagogos
algo saben ya que el juego no solo sirve para diagnóstico sino también para
elaborar los conflictos, y la sexualidad en el humano es uno de ellos.
El malestar en las nominaciones
En el momento fundante del sujeto se instaura la imposibilidad de representación
de la sexualidad y la propia muerte, de allí que el lenguaje nunca
alcance para decir lo que queremos decir y siempre sea fuente de malentendido.
El humano busca en el otro una definición de su ser “¿Quién soy?” “¿Quién soy
para vos?” “¿por qué me amas?” “¿cómo soy?” todas preguntas difíciles de
responder o imposibles… por otra parte suele creer que el Otro siempre es el
“malo” responsable de su falta de goce, vivimos en un mundo de “perjudicados”
pero no por la economía –de allí la eficacia del discurso capitalista del yo
-
Dentro de la declinación de las identificaciones observamos como la
cultura de los últimos decenios se la ha arreglado para inventar nuevas
clasificaciones y etiquetas como formas de intentar responder a la pregunta
sobre el ser, todas ellas sintomáticas… el problema de la etiqueta es al ser identificatoria ofrece un falso-ser que tampoco
eliminara el malestar aunque orientará al sujeto a la
adaptación con el estereotipo lo que supone operar sobre el malestar
estructural orientándolo ya no hacia un cambio social en los modos de distribución
de los bienes, sino en un modo de gozar en el mundo,
de allí su estricta relación con el liberalismo y los modelos de derechos civiles
que tan bien describe la escritora feminista Nancy frazer.
Esta orientación del malestar a través
de la ciencia, la industria farmacéutica y los movimientos liberales de
derechos civiles se globalizó con la caída del muro de Berlín que entre
otras cuestiones desorientó a la izquierda respecto a la dirección a tomar
siendo que solo dos décadas atrás consideraba las cuestiones sexuales como
típicos problemas de la sexualidad burguesa. Sin el enemigo comunista
que otorgaba sentido al malestar social, aparece el primer estallido de las
nominaciones para la orientación del malestar.
De los nombres propios pasamos a las etiquetas diagnósticas … “soy
un fóbico”, “soy un toc”, y los agrupamientos sintomáticos – clubes
de fóbicos donde especializar los métodos para mejorar las estrategias fóbicas
– y sus efectos de coagulación de la identificación a la etiqueta patologizando
reacciones del sujeto al sistema económico. subirán al cénit
civilizatorio –en los sectores medios bajos y sectores medios- las llamadas patologías
del consumo: anorexia, bulimia, obesidad, toxicomanías, depresión,
ataques de pánico, juego compulsivo, compras compulsivas, etc. En la actualidad con la población etiquetada
y medicada –los consumos de drogas legales e ilegales para combatir el malestar
y adaptarse son elevadísimos- observamos
que el malestar en las nominaciones se traslada a la sexualidad donde desde
la torre de Babel el empuje a lo ilimitado choca con la imposibilidad de nombrar
multiplicando las etiquetas que intentan decir de los goces singulares que
siempre son esquivos al etiquetado.
La conectividad también golpea fuertemente al lenguaje en tanto la
literalidad
de quienes interpretan los textos ha eliminado la metáfora como recurso
comunicacional y poético, generando lo que es de esperar: agresividad… de allí
el surgimiento del emoticón que a la manera de filacteria combina signos
con imágenes buscando comunicar una significación con menos riesgos de
malentendido.
En el último tiempo y gracias a los fenómenos de la realidad virtual
dependiente de la conectividad, el “lenguaje inclusivo” ha pasado a ser
otro de los “grandes problemas” … la discusión por la distribución de las vocales
eco
de un tiempo donde el exceso de lingüística suponía que el lenguaje como poder
era determinante de toda la vida humana ha reemplazado la discusión
por las verdaderas distribuciones e inclusiones donde se juega la vida. Operando a
nivel de pensamiento mágico pareciera que la “e” garantizaría las inclusión
mientras tantos la pérdida del ingreso, el trabajo infantil, los presos
políticos, la persecución a periodistas, el derrumbe de la salud y la
educación, el sujeto de deseo aplastado a sujeto biológico de pura necesidad
parece no ser parte de la agenda de “problemas actuales” ´… será este el
retorno a la animalidad al que, mirando el futuro, Kojeve hacía referencia?.
Vivimos en un tiempo donde desde el poder se pretende que la llamada “lucha
de clases” salga del escenario político-social para volcarse en dos
escenarios: el primero de ellos, el interior mismo del sujeto que pasa a explotarse a sí
mismo bajo la mentira del empresario de sí mismo que niega las
determinaciones del poder; el segundo la
lucha
entre los sexos y el paradigma de los Estudios de género y el feminismo que
desestiman los mecanismos del Capital y la explotación hasta la muerte de los
hombre … mientras tanto como decía Marx , de fondo escuchamos la carcajada
del capitalista que se queda con la riqueza promoviendo sueños
imposibles que cuando el sujeto toma conciencia de ello, ya le quedan pocos
años de existencia.
El malestar
en la religión.
Mal que les pese a muchos, la culpa es estructural y originaria en el
hombre, siendo la religión un modo de orientación y tramitación ella. A
lo largo de la historia, las civilizaciones encontraron formas de lidiar con el
empuje a la muerte, algunas más eficaces que otras…
desde la figuración de dioses guerreros que hacían exigibles
distintos sacrificios hasta su innecesaridad encontrando en el
cristianismo histórico las bases de su humanización y regulación.
Como modo de lazo
social la religión genera la posibilidad de
encuentro
con el otro. Frente a la soledad que abruma en los tiempos donde
los lazos son utilitarios y efímeros, la vivencia de la comunidad se encuentra en
oposición el consumidor- consumido donde el sujeto que se relaciona con los objetos
tecnológicos y con los otros en tanto objetos
de satisfacción para su YO... mientras que la religión propone un sentido
más allá del yo, dirigido a la comunidad… si la
heredera de la religión es la ideología -como afirma Roberto Esósito - en tanto agrupa personas con una
idea de mundo similar, hay que ser muy claros distinguiendo las ideologías
que no hacen lazo social y su vinculación con las religiones individuales
–religión americana- en la línea de Wotan; de las ideologías comunitaristas
donde el otro importa, más ligadas al cristianismo histórico aunque se
definan ateas. En Argentina esto ha sido claro desde la independencia hasta la
fecha, y se comprueba en las variaciones del compromiso social juvenil
y en las grandes definiciones políticas como “la patria es el otro”.
El malestar en la
religión –y en las ideologías comunitaristas- se origina en el YO en tanto el egoísmo
–entendido como narcicismo- no quiere ceder nada en función del
otro... ni riquezas ni posiciones aunque se encuentre en un estado de soledad y
desorientación pocas veces visto en la humanidad, … el Yo ilimitado, autorreferente,
autosuficiente y neoliberal prefiere las “religiones o ideologías a la
carta” o el neofascismo donde el otro –y no el modelo
económico social- es el responsable de aquello de lo que no se puede gozar. La conectividad
operada
desde el poder –tal como se planteó en el escrito anterior- alimenta y
hace uso de todas estas cuestiones y como una gota de tinta china en el agua,
contamina las relaciones interhumanas saturando temas individuales conectivos para
ignorar otros sociales conjuntivos.
Un escultismo comunitario y popular
En estos últimos días se
realizó lo que algunas personas denominaran
la “contra-cumbre
del G20” en la que participaron distintos líderes. Sorprendió a todos la
afirmación de la ex – presidente argentina Cristina Fernández cuando afirmó que
“en
nuestro espacio hay pañuelos verdes y también pañuelos celestes” en
directa alusión al debate incluido por el gobierno neoliberal sobre la ampliación
de la legislación del aborto que tenía dos objetivos: el más importante la
fragmentación del campo popular a partir de un tema de polarización extrema, el
segundo la ley en sí como exigencia del FMI y del grupo de empresas interesadas que esponsorearon
a distintos colectivos impulsores del mismo. La noción de pueblo sustentaba la afirmación, que desorientó a quienes utilizan estrictamente las categorías europeas
para analizar la realidad proyectando en nuestro continente sus propios
fantasmas respecto de la historia de su continente plagado de estragos
humanitarios tanto de izquierda como de derecha.
¿Que hacemos con
los malestares del YO en nuestros grupos? Por lo pronto sabemos que permean el movimiento en tanto somos miembros de la sociedad en que vivimos... los alojamos... pero de acuerdo a la práctica de escultismo que realicemos
podemos sintonizar perfectamente y ser multiplicadores ideológicos o
convertirnos en un espacio de descubrimiento de la comunidad, su historia y su destino. Si nuestra práctica es realista el encuentro con la comunidad a la que pertenecemos
nos permitirá acceder a un saber de la alteridad, de la cultura real –no
virtual- en la que estamos inmersos y ello nos permitirá construir un saber
aprender para transformar el mundo en el que vivimos siendo la nuestra una acción
local que incide en lo global pero desde una perspectiva de ciudadanía activa alterglobalizadora.
Si nuestra práctica es parlamentarista tendremos nuestros grupos constituidos
en una continuidad de la conectividad que nos brinda las opciones
de debatir para aprender sobre el discurso que hay que decir o lo que es peor intermediar nuestra lectura de la
comunidad con los eslóganes conectivos impidiendo la experiencia del encuentro verdadero
con el otro y transformándonos es multiplicadores
de la ideología que conviene al poder...dicha práctica de "ciudadanos globales" se constituirá en una reproducción mas de la ideología globalizadora.
[1] La referencia obligada es el Puritanismo
Americano que, si bien en su momento liberal se apoyará en las
religiones americanas, no se trataba de producir una nueva identidad sino un
proceso de cancelación de identidades anteriores que obstaculizaban el
proceso productivo