martes, mayo 16, 2017

El Guía de Patrulla no es un Acompañante Terapéutico




            Si bien esta combinación de palabras no existe, podríamos denominar Furor integrandis  al deseo de los dirigentes de incluir e integrar niños y jóvenes con discapacidad sin tener formación en el tema, corriendo riesgos innecesarios y exponiendo a los niños y jóvenes a situaciones complejas a partir de la suposición que el método scout es tan maravilloso que no precisa de la intervención del adulto, salvo honrosas excepciones.

No etiquetar a los niños no significa ignorar las dificultades.

            Soy parte como muchos de los que trabajamos en el tema, de estar en contra del etiquetado de los niños por diversos motivos que no vienen al caso, pero esta posición en ningún momento implica la negación de la existencia de los problemas de subjetivación que atraviesan los niños en la infancia, que en otras épocas implicaba la nula actividad con el resto de los chicos.

            Históricamente el movimiento scout integró algunas discapacidades de diversa manera, tal como hemos trabajado en artículos anteriores. La población de chicos que se integraban eran  niños y jóvenes con Trisomía (síndrome de Down, problemas motores o visuales). Cualquiera que conozca del tema podrá darse cuenta que no se trataba de niños que por su estructura psíquica tenían dificultades con el cumplimiento de normas y pautas ni presentaban riesgos para sí o para sus compañeros. Siempre que se realizaba la inclusión o integración se tenía en cuenta en no depositar toda la responsabilidad en los demás chicos que iban al grupo a pasarla bien y divertirse, para que el juego no se convierta en padecimiento y estrés innecesario para los miembros de la patrulla.

            ¿Qué ha ocurrido en los últimos tiempos?  El avance en los derechos de los niños y la discapacidad ha sido importante, centrándose en los obstáculos que las personas con diferentes discapacidades tienen al momento de integrarse, siendo los mismos no solo físicos sino también relacionados a los recursos humanos y programas que las sociedades ponen a disposición para que la inclusión o la integración sea posible, adecuando tanto los edificios como las actividades que se realizan, creando programas específicos en función de cada uno de los chicos con dificultades. Entre otras cosas aparece la figura del Acompañante Terapéutico, una persona que recibe formación específica para:

·         Acompañar y favorecer el intercambio con sus pares, apoyando la regulación de las distintas situaciones como ser los momentos en que no puede o no quiere participar con otros y le generan padecimiento subjetivo, y por ende a sus compañeros que no cuentan con las herramientas - ni con la responsabilidad - para abordar las situaciones que pueden producirse, máxime si también son niños.

·         Realiza el abordaje in situ de momentos de descompensación afectiva o conductual que algunas veces implican un riesgo para sí (fuga, autolesiones) o para sus compañeros. El Acompañante Terapéutico actúa como borde que delimita aquello que el propio niño no puede limitar por su dificultad.

·         Está pendiente para que la actividad favorezca aquellos factores que protejan al niño, prestando especial atención a los riesgos a su integridad.

·         Interviene directamente fomentando la capacidad creativa del niño y orientando a los dirigentes sobre aquellas adaptaciones necesarias a la hora de construir un plan de progreso personal y la posibilidad real y concreta de realizar determinadas actividades, máxime teniendo en cuenta que la práctica del escultismo (especialmente las salidas y campamentos) son situaciones de riesgo que no son vividas en ambientes cerrados como las escuelas.

·         Interviene e informa al dirigente sobre aquellas situaciones interpersonales que pueden perjudicar al niño en tanto que, por sus dificultades, suelen ser objeto de Bulliyng por parte de sus pares.

¿Es necesario un Acompañante Terapéutico en las actividades?

            Como primer respuesta es NO, pero el dirigente que no tiene formación real en el tema no está en condiciones de decidirlo en tanto resolvería sobre algo que lo EXCEDE respecto a su formación, lo que puede calificarse como NEGLIGENCIA.

            Entonces ¿Cómo decidir?

1)      El primer punto es la entrevista con los padres teniendo en cuenta que la información puede estar sesgada por la expectativa de los padres hacia sus hijos / hijas que puede ser realista (con plena conciencia de la situación) o poco realista donde por medio de un mecanismo que se denomina negación minimizan las dificultades con una visión distorsiva respecto del riesgo en una actividad como la que se realiza en los Scouts.

2)      Una pregunta que los dirigentes deben realizarse es ¿por qué un niño que necesita Acompañante Terapéutico en la Escuela no lo necesitaría en la actividad?... se podrá decir que la Escuela nada tiene que ver con los Scouts, aunque en la realidad los niños que van con Acompañamiento Terapeútico a la institución escolar no es por un tema de currícula (la maestra especial o el docente tienen la responsabilidad de la adecuación de contenidos) sino por las dificultades de regulación afectivas y conductuales.

3)      Generalmente los Equipos Tratantes tienen poca idea de lo que se hace en el escultismo aunque algunos de ellos son “derivadores seriales” suponiendo que el contexto es similar al escolar donde la presencia y acompañamiento del adulto SIEMPRE está. Suelen desconocer sobre las actividades de Patrulla de los chicos, las construcciones de riesgo (carpas elevadas), las salidas en pequeños grupos, el uso de fuegos, la cocina de campamento, etc. Todas estas actividades deben ser informadas al equipo tratante y se le debe solicitar que determinen (a) En cuáles pueden participar y en cuales no pueden participar (b) En qué condiciones pueden participar en determinadas actividades

4)      Es evidente que la responsabilidad de la inclusión e integración no puede caer en el Guía de Patrulla sin un compromiso activo y presencial de los dirigentes ¿por qué? Sencillo, la tendencia general de los chicos no es incluir e integrar sino segregar, es muy importante tener en claro que la integración o inclusión es un objetivo de los Scouts y no un hecho que se da simplemente por agrupar chicos; esto implica que el Equipo de dirigentes en función de la información que obtienen en las entrevistas (padres, equipo tratante) diseñan los esquemas progresivos y determinan bajo su responsabilidad la participación en las actividades o su alternancia (algunos chicos podrán participar de las actividades sabatinas, pero por el riesgo no lo podrán hacer de campamento anual sin Acompañamiento Terapéutico o bajo ninguna circunstancia).

Cuando el grupo asume la tarea de incluir / integrar dada la problemática que implican los TGD y otro tipo de dificultades, es lógico que distribuya los niños de forma tal que no caiga todo el peso en una Patrulla – y por ende en el Guía de Patrulla – a los efectos de evitar la segregación interna producto muchas veces de la dificultad para el abordaje adecuado y por porque posiblemente la patrulla en los juegos no se encuentre en condiciones equitativas con las otras patrullas provocando conflictos internos y desmotivación en tanto los problemas de lazo social, el manejo de cuerpo (torpor) y la dificultad con las reglas de algunos cuadros incluidos genere un efecto negativo en los chicos favoreciendo situaciones de maltrato. 

(Imagen tomada de TEA Cadiz)

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