Despunta el alba. Timbúes y Huemules
se preparan para introducirse en la selva con dirección al antiguo convento
Benedictino del Siambón, donde recibirán ayuda para su regreso. A lo lejos se
ven cada tanto drones que vigilan el camino.
-
Eleonor.
Por suerte en esta parte funciona el GPS cartográfico, así que lo utilizaremos
para cruzar por la montaña y la selva.
-
Piero.
Yo diría que subamos remontemos el río, la primer parte es de montaña
precordillerana pero no tiene forestación, el tema va a ser cuando bajemos a la
selva.
Subir la
montaña no era tarea sencilla. El cañadón no era tan accesible y era peligroso
pero los protegería en caso de que los drones se acercaran permitiéndoles usar
el camuflaje. Una vez en la cima y pasando la montaña, la vegetación comenzaba.
Un denso bosque de yungas casi impenetrable los esperaba.
-
Maximiliam.
Comenzamos con problemas. Allá abajo parece impenetrable
-
Joaho.
Nada lo es, el tema es que no saldremos ilesos de aquí, tendremos raspones para
coleccionar
-
Sacha.
¿Uds que opinan chicas, que son las que tienen experiencia en montañas?
-
Natalia.
En las sierras cordobesas… esto es otra cosa, la selva encierra otros peligros.
-
Sacha
¿eh?
-
Natalia.
Dicen que en la yungas hay pumas, yaguareté, perezosos y muchas aves. Ahhh… y
hay que tener especial cuidado con las arañas
-
Piero
¿¿¿Arañas??? Nadie me dijo nada
-
Natalia.
Si. Las más grandes, las gigantes, son del tamaño de un plato asi que no se
hagan los locos… igual… es mas el miedo que producen que lo que pueden hacerte.
-
Maximiliam.
Ya me cansé…¿alguien quiere ir adelante?
-
Alina.
Dejame a mí… quien lo iba decir… tan grandote y tan…
-
Todos
jajajajajaja
-
Eleonor.
En el GPS figura una especie de huella que lleva a una vieja escuela abandonada
que se llama Anfama, se dirige montaña abajo, vayamos hacia allí.
No había
drones en esa parte de la montaña. Parecía que iban tocando el cielo porque la
huella marcada por los animales que circulaban por las montañas recorría las
zonas altas del cordon montañoso. Había algunos arbustos o árboles, no podían
determinarlo bien, pero el silencio y el viento los sumergía en una experiencia
que nunca antes habían vivido. Luego de unas horas de viaje llegan a la escuela
abandonada de anfama donde pasarían noche, previo despejar el lugar de algunos
habitantes naturales. Los viejos paneles solares aún funcionaban por lo que
pudieron recargar parte del equipo que funcionaba con batería de litio de alta
duración. En la neblinosa mañana comienzan a dirigirse montaña abajo al
encuentro del Río Grande donde esperaban poder pescar algo para comer, sabiendo
que luego la selva se pondía más densa, pero la huella los direccionaría hacia
el Río Siambón y de allí al monasterio.
-
Sacha.
Llegamos al Río Grande! Tengo hambre y necesitamos pescar!
-
Ruben.
Improvisemos algunos elementos. Cortemos varas y armemos lanzas para tratar de
pescar en los recovecos del río, armemos anzuelo y usemos las mojarras como carnada
-
Alina.
¡Se despertó Ruben! ¡pensé que ya no hablaba! ¡Al trabajo entonces!
-
Todos
¡Salvar!
Una jornada
maravillosa, como esas salidas del siglo XX donde los scouts sabían cómo
arreglárselas en la naturaleza. Al mediodía comieron unos peces cocidos sobre
las piedras, mientras algunos monos los observaban de lejos y los caranchos
esperaban las sobras.
Al dirigirse
río abajo la selva se hacía cada vez más tupida y el declive de la montaña era
bastante pronunciado, lo que obligó a las patrullas en algunos tramos utilizar
sogas por seguridad. Nadie quería lastimarse porque el problema iba a ser grave
porque además de que eran buscados, transportar un herido montaña abajo en ese
lugar no parecía algo fácil. Tuvieron que realizar una pequeña triangulación
porque la zona no permitía el paso, y al ingresar en la selva se encontraron
con una enorme tela de araña, en su centro una Nephila o araña del hilo dorado.
-
Ruben.
Ayudenme a juntar telas de araña
-
Mariah.
¿Estas loco?
-
Ruben.
No, para nada, nos va a venir muy bien cuando volvamos, ya que con la tela de
araña podemos hacer sogas
-
Alina
¿sogas?
-
Ruben.
Si. La seda es más fina que un pelo pero si por medio de la tecnología de
Basurópolis la convertimos en sogas, obtenemos un material muy resistente, una
soga de una mena de 0,5 cms podría detener un avión en vuelo, imagínense que
con hilos más pequeños podemos construir materiales de campamento altamente
resistente
-
Sacha.
Bueno… a juntar telas… no todos los días obtendremos tanta cantidad.
Ya sobre las
1600 hrs retornan la caminata por la selva, donde se sentía el rugir de algún
puma a lo lejos y en los arboles una variedad de pájaros de colores estaba a
simple vista. Finalmente llegan a la ruta, a solo dos kilómetros del Siambión.
Esos dos días habían sido muy especiales, atrás habían quedado las
preocupaciones de los drones y de Ciudad Centro. Natalia les enseña una
canción.
El viejo
Abad del monasterio escucha un sonido que no reconocía y se asoma por la
ventan. A lo lejos ve a un grupo de chicas y muchachos cantando… puede recordar
esa vieja canción que había aprendido de niño:
“Vamos Raider toma tu mochila.
Vamos Raider que hay que escalar
La picada que lleva hasta un Rover
Vamos Raider, vamos, vamos ya”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario