Vivimos
en un mundo que se caracteriza por su complejidad, en especial en estos tiempos
donde la tecnología está en el cénit de la civilización. El escultismo debe
redoblar su sencillez en el encuentro con lo cotidiano, con su comunidad, con
las comunidades.
Varias
veces hemos escuchado en nuestro país que un diario le “marca la agenda al
gobierno”, que la Televisión es capaz de generar una enorme campaña de
inseguridad como velar la inseguridad real, que a partir de un hecho de
corrupción un gobierno pasa a ser todo corrupto, y que otro que rebalsa de
actos de corrupción son “errores de carga”.
Si
los medios de comunicación tienen tanto poder sobre cada uno de nosotros ¿qué
pensar de los jóvenes que viven conectados consumiendo “información” donde ya
no importa si es verdadera o no? A eso se lo denominó Posverdad y quiere decir más
o menos que no importa si lo que se dice tiene asidero o no en la realidad,
sino que es verdadero en tanto despierta emoción, empatía y como tal lo
convierte en certidumbre. Quien maneja los medios o las palabras para
provocar esa emoción en el otro, es capaz de producir en el otro esa
verdad-mentirosa que se vive como cierta.
La
posverdad es la “verdad de la “opinión pública” y quienes manejan los hilos de ella
son quienes orientan qué es lo que debemos pensar, poniendo al sujeto en falsos
dilemas éticos, como que si no está de acuerdo con tal cosa entonces se
es tal o cual cosa… una supuesta formula antifascista que acusa de “fascista” o
discriminador al otro desde una postura “fascista” en tanto no toleran la
diferencia de opinión o sencillamente diferencia… y si de marcarle la agenda a
los jóvenes se trata, esto es más claro en tanto sus posiciones suelen ser más
blanco y negro simplemente porque cuando se tienen algunos kilómetros más
también se tiene la posibilidad de lograr entender un poco más al otro donde se
puede ir más allá de la “totalidad” fascista para encontrarse con el otro
distinto y alojar la diferencia, lo que técnicamente se denomina una posición analéctica.
La
“opinión pública” no solo es generada a partir de los Medios de Comunicación,
si me permiten el giro neológico, también existe una “opinión pública scout” generada desde las organizaciones, o por
sectores de intereses de las organizaciones que marcan la agenda a los jóvenes respecto
del qué pensar, a partir de una posición que no da lugar a la diferencia, por
lo que se construyen fronteras y no vecindades, guerras y no diálogos. En
algunos países las cuestiones que en los scouts se deben dirimir en otro lugar
hacen uso de la “opinión pública scout” como forma de introducir o definir
situaciones como totalidades: “Blanco – negro” muchas veces a nivel de la
definición cuando nada de estas cosas tienen incidencia en la realidad de
los jóvenes de los grupos generándose cuestiones tan locas como que alguien que
está incluido dentro del movimiento, solicite ser incluido ¿?
Si
la “opinión
pública” está conformada por quienes manejan la Comunicación, y la “opinión
pública scout” se conforma muchas veces desde la cúspide de la pirámide
o es manejada por intereses sectoriales, no está demás que los dirigentes del
movimiento recordemos el horizonte planteado por el ex Secretario de la OMMS Eduardo
Misoni que hace hincapié en “la necesidad de que cambiáramos el mundo
antes de que el mundo nos cambie”. Si replicamos las prácticas del poder fáctico
más que empoderar a los jóvenes los instrumentalizamos en función de otro tipo
de intereses, y esto es peor que con un medio de comunicación, porque con la TV
podemos cambiar de canal, pero de los scouts el joven se va, tal como sucedió con
mi hijo Rover que cansado de debates estériles inconducentes, eligió participar
de una agrupación universitaria que al menos hace algo por los otros y no solo
conversar… dejó los scouts para hacer en otro lugar lo que era esperable hacer
en los scouts. No deberíamos dejar de tener en cuenta los planteos del
Presidente de WFIS Klaus Tegeder cuando afirma la necesidad de un movimiento alter-globalizador,
ya que si la globalización es un hecho debemos construir una alternativa que
rescate y albergue las diferencias… y estas siempre son locales, la
acciones del movimiento responden a realidades locales y de esa forma impactan
en lo global, no al revés.
¿Cómo construir alternativas sin caer en la tentación de marcarles la agenda a los jóvenes? El
escultismo francés tradicional del cual abreva una parte importante del
escultismo argentino era muy claro, planteaba la diferencia entre un “parlamentarismo
scout” y un “realismo scout”. Repensémoslo en nuestro tiempo ¿Acaso se
trata de que los jóvenes realicen en sus reuniones debates interminables sobre
la agenda planteada por otros? ¿se trata de que en un lugar donde abunda el
agua y la que no se utiliza drena al mar por sus ríos y arroyos, conversen
soluciones la crisis mundial del agua y se sientan culpables por la sed en el
Africa cuando se duchan? ¿Es necesario llamar expertos para debatir sobre las
causas de la anorexia o la bulimia cuando es algo que se hace en la escuela?
¿es necesario debatir sobre temas de interés que fueron elegidos por una
mayoría cuando cada grupo es parte de una minoría? ¿y después de discutir qué?
¿en qué cambia nuestro mundo concreto que no es la red virtual sino la
comunidad en la que nos encontramos?
En
el realismo
scout los jóvenes salen de la sede a la comunidad de la cual son parte,
o a veces se dirigen a otras comunidades específicas a establecer lazos con las
personas e instituciones del lugar. En algunas oportunidades es la comunidad la
que establece el lazo con el grupo scout con algún pedido de ayuda o
colaboración que debe ser recibido y trabajado. Ir al encuentro del otro y de
los otros es la “exploración” que conviene a un joven y que interesa a los
fines del escultismo, es allí donde podrá preguntarse sobre distintas cosas y
sobre sí mismo; después de todo el Roverismo surgió como pedido de los
jóvenes para prolongar su actividad
scout y por añadidura el efecto
colateral ha sido la postergación del ejercicio de la ciudadanía activa (que no
es lo mismo que la ciudadanía responsable).
Muchos
seguramente dirán ¡son jóvenes! ¡están aprendiendo!... Sería bueno recordar que
un joven de 18 años Maestro Mayor de Obras puede dirigir la construcción de una
vivienda, un electricista la obra eléctrica, un técnico en automotores reparar
un vehículo, un egresado secundario orientado a economía ser empleado de un
banco o acceder a los estudios universitarios, cada uno de ellos ejerciendo sus
derechos. Aquellos menos favorecidos, ya antes de los 18 pueden a veces
realizan alguna actividad económica… entonces… ¿el Roverismo se trataría de un
club de campismo de alta técnica donde fuera de campamento la conversación es goce
en sí mismo que empieza y termina en el grupo de semejantes? Puede ser,
a algunas personas les alcanza con eso que denominamos “parlamentarismo” ¿o quizás
se trate de acompañar a los jóvenes a hacerse cargo de la “ciudadanía activa”
que les corresponde?; esto último implica otra cosa, un escultismo
donde los jóvenes son transformadores de la realidad y de esa manera también de
si mismos… y la Agenda la definen ellos, nosotros solo brindamos herramientas.
Pocas
cosas me molestan tanto como cuando leo críticas de dirigentes scouts a los
jóvenes que participan en partidos políticos haciendo cosas por los otros,
estando con sus casacas puestas en las inundaciones, trabajando gratuitamente
en talleres en los barrios con los pibes más humildes, organizando huertas
comunitarias, ayudando en la gestión de recursos. Es muy triste ver esto en adultos
que se han rendido a trabajar por un mundo mejor PARA TODOS y que se dicen
“dirigentes scouts” “educadores” o “animadores”. Estos jóvenes de los partidos
políticos muestran un compromiso con los otros y el otro que lamentablemente no
observamos en el movimiento scout y en las comunidades de quienes los critican;
ni siquiera nos tomamos el trabajo de darnos cuenta que no es casual que hagan
algunas cuestiones que tranquilamente se podrían hacer desde los scouts, porque
¡parte de ellos mismos fueron scouts que se cansaron de hablar!.
Podrá
decirse que detrás de ello hay un interés partidario ¿ese es motivo para
desestimar su compromiso con los otros? ¡Nosotros
tenemos un interés transformador no – partidario por lo que nuestros jóvenes tienen más
libertad para comprometerse con distintas áreas del desarrollo humano porque no
se parte de un cálculo previo! ¿Que se les ofrece? Campamentos y largos debates
más, campamento y largos debates.
Si
siguen observando encontrarán otro ejemplo pero que es no – partidario: los programas
de extensión de las Universidades que incluyen acciones de voluntariado donde los estudiantes
trabajan con distintos sectores de la comunidad.
Un Roverismo realista aparte
de acampar y realizar las actividades típicas scouts sale a la comunidad de la
que forma parte u a otra, no para realizar especulaciones teóricas de gente que
desconoce sino para encontrarse con la
realidad de su barrio y de otras comunidades como cuando se va de campamento o
elije un lugar específico para descubrir; tarea que implica el encuentro con el
otro y con la relación que uno mismo establece con los otros... ¿Para qué se sale a ver la realidad? para
despertar la necesidad de servir (Forestier, Escultismo Ruta de Libertad) con
la toma de contacto directa con las distintas realidades, lo que permite
generar una agenda propia, y si se conversa, es con los actores de la
comunidad.
También se conversa entre sí
para realizar análisis pero no para convertir la comunidad en un espacio de reflexión
universitaria sino un lugar de vida donde vemos – analizamos- actuamos. Algo
tenemos que transformar, por supuesto que no solos sino con otros, realizar pequeñas
acciones locales que influyen en lo global y las hay a montones, solo hay que
salir de la escafandra… y tengamos cuidado… una Institución Scout puede ser una
gran escafandra.
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