Hemos aprendido a decir – y lo que
es peor- estar convencidos de que lo rutinario es lo que nos mata, que las
jerarquías impiden el desarrollo de las personas, que esto es lo que no
funciona en lo social. Hemos confundido la Creatividad con Invención. La
primera surgiría de la nada (ex – nihilo), la segunda de lo conocido cuando
podemos hacer que con ello surja lo novedoso.
Nos han dicho que lo rutinario es
displacentero y lo novedoso placentero. Insistimos en repetirlo aunque no
dejamos de esperar con ganas el partido de futbol de los jueves con nuestros
viejos amigos, no dejamos de hacer el asado una y otra vez, o ir al gimnasio… Esperamos
con ansia la bicicleteada que todas las lunas llenas une a los ciclistas de la
ciudad. Hacemos “actividades manuales” para “despejarnos”, estudiamos un
instrumento musical o vamos a un grupo de teatro para “desestresarnos”; todas
actividades con técnicas y rutinas que no pensamos que son tales… entonces… ¿es
seguro afirmar que la rutina es algo malo? ¿o podremos pensar con Sennet que existe
una rutina que tiene su dignidad y conviene al sujeto, que
se diferencia de otra destructiva? En “La corrosión del Carácter”[1]
se afirma que “la rutina puede degradar, pero
también puede proteger; puede descomponer el trabajo, pero también puede
componer una vida” y esto
tiene una lógica.
Anterior a la fábrica, el modelo de
producción era artesanal, existían roles específicos como procesos de
aprendizajes y todo ello dentro de un clima de fraternidad que incluía
muchas veces el vivir y comer juntos. Diderot en su “Enciclopedia” consideraba que
la
rutina sufre una alteración constante en tanto implica que quien trabaja la
aprende y a partir de ello comienzan las variaciones y el desarrollo de nuevas
prácticas. No existen las recetas “muertas” de allí que decimos sin
tapujos frases como “cocinar es un arte”.
Baden Powell al momento de
establecer las actividades scouts es muy claro al hablar de ”artes
scouts” como aquellas que colaboran en la formación del carácter. En
otro texto[2]
señale la influencia que el movimiento “art & crafts” ejerció sobre el
fundador y posiblemente sobre el concepto de lo artístico que algunos en
función de sus prejuicios sobre qué es y qué no es arte, restan valor al
afirmar que se trata “una forma de decir” cuando en realidad BP hace referencia
a una forma de ser.
Las artes scouts son nuestra “rutina
protectora que tiene su dignidad y puede componer una vida”, dentro y
no fuera del mundo, posibilitando a partir de ella el establecimiento de puntos
de anclaje beneficien al sujeto, y por ende a su comunidad.
Arte & técnica
scout
“¿Por qué el fundador eligió la mano y no la lengua?”
Aristeguieta Gramcko. “El Gran Juego”
Aristiguieta
Gramko[3]
se pregunta de manera no inocente por qué Baden Powell eligió la vía de la mano, del
hacer, de las artes de scouts por sobre la vía de la lengua ¿Es
acaso el escultismo un lugar donde prima el blablablá, o un sitio donde arte
& técnica ocupan un lugar fundamental en la formación del carácter?
Forestier[4]
dice que podemos hablar de dos escultismos, uno “parlamentario” y otro “realista”
y esto implica dos posiciones del ser distintas respecto del mundo. Podría
pensarse que esa tensión siempre se encontrará presente, entre un escultismo “blablabla”
relacionado al narcisimo y otro de acción concreta, materialista (no en el
sentido del consumo) con intervención efectiva en la realidad.
Desde
“Escultismo para muchachos” escrito en la época de las grandes fábricas y
explotación de las clases trabajadoras, infancias abandonadas o en la calle,
Baden Powell plantea “las artes scouts” como punto de amarre. Posteriormente en
“Guía para el Jefe de Tropa” directamente la trata como área que aporta
directamente a la “Formación del carácter”. Es interesante ver como en la
niñez y juventud en riesgo y a la deriva, la apuesta no es al blablablá sino al
hacer que se centra en el trabajo de la patrulla y las relaciones entre sus
miembros, orientado por lo técnico y el servicio.
En nuestra
época ya no es la fábrica sino la multinacional con capitales golondrina y “trabajadores
golondrina calificados” quien marca los pasos. El sujeto además de ser un
objeto mas en el “mercado laboral” se lo desamarra de sus rasgos identitarios
teniendo que cambiar de lugar o trabajo provocando un efecto corrosivo que si
no se remeda opera exponiéndolo a él y su familia a las patologías de época,
tanto los padres como hijos que, salvando las distancias, viven realidades
similares a la época del nacimiento del movimiento, incluso peor, por el
impulso a los excesos de todo tipo y la carencia de lazos sociales firmes. La
propuesta de brindar una pausa que involucre al cuerpo y un modo de producción
subjetivante sigue siendo la vía reggia de la técnica scout.
En un texto
posterior al que estamos trabajando, Richard Sennet parte de afirmar “Hacer
es pensar”[5];
pero no se refiere al hacer de cualquier manera sino a la producción de objetos
concretos de forma artesanal, lo contrario al trabajo de las grandes mayorías
que no solo padecen los desplazamientos laborales sino que tienen enormes
dificultades para establecer cortes con él, en tanto la tecnología permite
que “lo lleven a la casa” de diversas
formas, por ejemplo en un pendrive respondiendo los distintos tipos de
requerimientos que se le realizan desde los lugares de trabajo por fuera de los
horarios formales. Los servicios tecnológicos y el wi-fi se convierten en
enemigos de la intimidad. Un amigo me dijo “mirá lo que me dio la empresa, una
compu y un celular de última generación”… al poco tiempo se dio cuenta por qué…
no había sido un acto de donación, sino de intrusión en su vida cotidiana.
Aristeguieta
Gramcko en su libro “El gran juego” dedica un apartado a “la mano creadora” resonando
en su texto aquello que Friedrich Engels trabajara y titulara como “el papel de la mano en la transformación del mono en hombre”. El
trabajo artesanal entre otras cosas localiza en el espacio - tiempo, y lo más
importante tiene un fuerte efecto sobre el ser; en cambio la empresa “multinacional”
hoy podrá estar y mañana mudar una parte de ella hacia donde más le convenga, o
simplemente cerrar y localizarse en otro sitio de acuerdo a que las condiciones
de producción le sean altamente beneficiosas. Muchas veces decide cerrar porque
obtiene más ganancia circulando el dinero por el sistema financiero que en la
producción, lo que muestra la volatilidad del trabajo que deja
de ser un derecho social. La tendencia al borramiento de las fronteras
que importa al poder económico es la de los aranceles para permitir la libre
circulación de los productos y del dinero. Los capitales deben circular
libremente, no las personas. Las fábricas se establecerán en los lugares donde
más baratos sean los salarios ya que son la variable de ajuste que permite
aumentar la renta empresarial, pero el país donde la fábrica cerró tendrá que
permitirle que su consumariado compre sin aranceles los productos realizados en
el nuevo lugar donde decidió localizarse.
La técnica scout
Es
interesante ver cómo los Scouts cuando nos encontramos con Scouts de otros
países comenzamos a hablar sobre el hacer, compartimos saberes, nos enseñamos
mutuamente, tanto los adultos como niños y jóvenes. La técnica scout
decididamente es un punto que hace comunidad… podemos no hablar el lenguaje del
otro peros sí enseñar un nudo. La técnica scout es saber hacer y la
invención que surge de su aplicación es poesía sin palabras.
En el hacer
scout está involucrado el cuerpo, no son palabras que se siguen unas a
otras en un deslazamiento interminable que caracteriza al parlamentarismo, sino
una conversación sobre las maneras de abordar los objetos concretos. Casi sin
darnos cuenta operamos sobre el error sin connotarlo negativamente, conversamos
con quienes más saben, buscamos rodeos con aquello que nos desafía, aprendemos y
nos sorprendemos al ser capaces de encontrar una utilidad o salida novedosa de aquello
que hemos diseñando e inventando para que el lugar de campamento sea “como en
nuestra propia casa”.
La habilidad
será definida por Sennet como “práctica adiestrada” donde cobrarán
especial importancia las nociones de ritmo y organización de la repetición
permitiendo una equilibración entre repetición y anticipación. Las
alicaídas “recetas” son necesarias porque ellas provienen de lo transmisible de
incontables experiencias que se realizaron antes. El pro-ducto será el objeto
concreto que se da a ver y que muchas veces partió de un esquema hecho en
papel; un dibujo donde palos, maderas, cacharros, banderas se entremezclan
generando una imagen que nuestras propias manos van a hacer realidad.
Es en el
trabajo de patrulla donde se trataran las cuestiones de autoridad cara a cara, siendo los distintos responsables de los cargos
y sus habilidades las que brindarán el liderazgo en distintos momentos del
trabajo y la vida de la patrulla. El reconocimiento de la habilidad dignifica
los distintos liderazgos y colabora al afianzamiento del Carácter de cada uno
de los miembros, de esta manera no es “quien mejor habla” el
que lidera sino “quien mejor hace sobre el tema”, colaborando
a eliminar de esta manera las barreras culturales que suelen perjudicar a
quienes se encuentran en una situación desfavorable respecto de su educación formal,
generalmente los más humildes.
Quizas pueda
pensarse ¿cuál es el destino de un escultismo donde la técnica no ocupa el
lugar que Baden Powell le asignó? ¿Sigue siendo escultismo?
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