lunes, enero 24, 2011

Escultismo y Aventura -Primera parte - x Buho Terco



No es posible pensar la propuesta del movimiento scout sin que ocupe un lugar central el concepto de Aventura. El corazón mismo de las actividades con las que Baden Powell piensa al movimiento se encuentra enlazado a la aventura de la vida; el tema será precisar el concepto para poder rescatarlo en toda su potencialidad, ya que el mismo ha sido empobrecido desbastado y vaciado de sentido por interpretaciones reduccionistas que buscaron correrlo de escena mediante recursos discursivos como la sinécdoque (la parte por el todo), dando lugar a definiciones “pedagógicamente aceptables” para la Educación Formal /sistema de educación escolar; de esta manera pareciera que el escultismo “no atrasa”, el tema es ¿Quién define lo que adelanta o atrasa? ¿Desde donde se lo define? Y allí entramos en cuestiones ideológicas que van y vienen, o en simples canalladas.
En la época del surgimiento del Movimiento Scout los cambios que se vivían eran vertiginosos. Tiempo de grandes expediciones y descubrimientos (Darwin), pero también de grandes relatos (Julio Verne, Sir Arthur Conan Doyle, Mark Twain, Edgar Burroughs, etc) que lograban entusiasmar a la aburrida burguesía y también a los sectores mas pobres que hacía tiempo habían comenzado a reclamar por sus derechos dada la condición de servidumbre y esclavitud en que se encontraban. Al existir una mayor demanda de mano de obra calificada, la escuela comienza a generalizase permitiendo disciplinar y crear las condiciones para los futuros trabajadores, esto a su vez facilitó el acceso a la lectura de textos a los cuales antes era imposible leer. Las grandes migraciones (como la que se vivió en nuestro país) acrecentaron la cantidad de relatos sobre nuevas tierras por lo que podríamos considerar que no fue casual que en los primeros años del siglo XX Baden Powell escribiera su “Escultismo para muchachos” y un filósofo como Georg Simmel[1] reflexionara profundamente sobre lo que algunos denominaron “fenomenología de la aventura” escribiendo un libro siempre actual, utilizado para estudiar cuestiones que van desde las actuales problemáticas migratorias hasta algunas respuestas disfuncionales de los jóvenes.
La aventura como ruptura.
Si hay algo que caracteriza la vida cotidiana es la repetición. Cada día transcurre casi igual al otro en una rutina homogénea y uniforme que provoca el aburrimiento con el consecuente aplastamiento del deseo. Si bien cada sector social vive problemáticas diferentes, la cuestión estructural es la misma para con el trabajo, la escuela, la familia, el grupo de pares. Cada persona y grupo social buscará distintos modos de provocar algún tipo de ruptura en la cotidianeidad, para que algo novedoso se introduzca lo que no es sin cierta extrañeza que –a entender de Simmel- margina el centro existencial apartándolo de lo habitual, por lo que podría decirse que cuando más nos alejamos de la cotidianeidad mas aventurada se tornará la vivencia y por lo tanto más extraño lo vivenciado, siendo común vivir la aventura como si le pasara a otra persona y no a quienes la protagonizan.
Podemos decir que en la ruptura donde se asienta la aventura, la vivencia del tiempo y el espacio es alterada, por lo que se la vive y se la recuerda en una temporalidad distinta, independiente del momento en el que nos encontramos, por ello en su descripción fenomenológica Simmel emparenta el recuerdo de lo vivido con el sueño, y su vivencia con una temporalidad muy intensa. Dada su extraterritorialidad podría decirse que a mayor extrañeza o distancia para el Yo más soñada se vive la aventura, y tanto mas riesgosa porque el Yo al momento de vivirla se encuentra disminuido en algunas en sus funciones, lo que es denominado por Simmel como “seguridad sonámbula” ya que el protagonista de la aventura se encuentra más ocupado de vivirla plena de sentido, que de la posibilidad de que ocurra un accidente o imprevisto.
Debemos tener en cuenta que en su acepción general Aventura no implica una actividad específica, sino aquellas actividades que se caracterizan por:
# Ruptura de la cotidianeidad (lo cotidiano puede ser una carga de actividades o la ausencia de actividades como la de grupos etarios donde no se estudia y no se trabaja, constituyendo también otro tipo de rutina, pero rutina al fin)
# Extraterritorialidad y extrañeza
# Alteracion temporo – espacial del recuerdo
# Seguridad sonámbula (a la manera del sueño) lo que implica una disminución de algunas funciones yoicas
# Vivencia de pleno sentido para el protagonista. (En algunos casos también vivencias de pérdida de sentido que se encuentran amarrados en la cotidianeidad, esto favorecido por la situación de extraterritoriedad y la extrañeza)
# Apertura a lo por-venir, lo que genera enigma e indeterminación (¿cazaremos? ¿cómo será el lugar? ¿qué haremos al llegar al pueblo? ¿cómo continuará el juego?)
# Lo vivido deja huellas profundas en el protagonista (en las que podemos localizar la inscripción de lo “educativo” de la experiencia siendo una parte de ellas transmisibles por vía del lenguaje)
Esta caracterización inicial permite ubicar a la “aventura” en el arco de una diversidad de actividades vividas con “alto voltaje” que van desde aquellas socialmente aceptadas, a las que no son socialmente aceptadas como el consumo de sustancias y las actividades delictivas juveniles. En estas últimas si se presta atención al relato de los niños y de los jóvenes podemos ubicar los distintos elementos que hemos caracterizado.
Si bien para hablar de aventura se utiliza la figura del aventurero clásico, esto no es ni más ni menos que hacerlo desde un modelo identificatorio determinado pero no determinante, que se ofrece como respuesta anticipada ante la emergencia de lo azaroso en una serie de actividades al aire libre. Existen actividades que no transcurren en la naturaleza pero que cumplen con los requisitos de lo aventuroso, por lo que también existirán modelos identificatorios para este tipo de actividades. El asumir distintos modelos con los que el sujeto se identifica, facilita en el orientarse ante la emergencia de la experiencia de lo real.
No está demás aclarar que la aventura se articulará de diversa manera en cada uno de los protagonistas, por lo que no conviene armar clasificaciones generales de lo que puede ser aventuroso o no para alguien, ya que eso dependerá de los sujetos y de los grupos humanos… por ejemplo el simple hecho de acampar en un lugar de playa para quien nunca pudo ir y no conoce el mar puede constituirse en una verdadera aventura. Es importante plantear que las actividades que utilizan formatos de la educación formal si bien pueden estar diseñadas correctamente desde el punto de vista de lo pedagógico, generalmente al constituirse como repetición de lo cotidiano (la clase de formación ciudadana, de plástica, etc) pierden potencial aventuroso para producir huellas profundas que vayan marcando un estilo de vida, ya que la primer condición de la aventura es la ruptura con lo cotidiano, y la actividad escolar para gran parte de los niños y jóvenes es lo cotidiano por excelencia.
La aventura, experiencia de borde:
Cada época es generadora de distintos relatos que se ofrecen como modelo del aventurero y de la aventura; de allí que podamos ubicar –por ejemplo- el recorrido del continente, el aventurero clásico de las películas; también se consideran modelos a los grandes relatos producidos para niños y jóvenes como El Señor de los Anillos, Harry Potter, Crónicas de Narnia y Crepúsculo… cada uno de estos formatos se ofrecen como sustrato identificatorio para una experiencia que en su especificidad podemos considerar “de borde” , ya que mas allá de los formatos nos encontramos con una vivencia donde “lo exterior es, bien a través de un basto e insólito rodeo, una forma de lo interior”
Lo dicho por Simmel puede entenderse desde la topología de la banda de moebius donde la solución de continuidad entre lo exterior y lo interior constituye un borde, un agujero donde se inscribe y se consiste el ser del sujeto permitiendo el anudamiento de la experiencia. Otra forma de entenderlo es la planteada por Vladimir Jankelevithc[i][2] que completa a Simmel diciendo que ”El hombre aventuroso es a la vez exterior al drama, como el actor, e interior a ese drama, como el agente incluido en el misterio de su propio destino. Se encuentra dentro y fuera de la aventura, el que esta sumergido dentro, de los pies a la cabeza, arriesga su vida, esta inmerso en pleno drama; el que esta afuera todavía no corre la aventura y se parece a un espectador que solo sueña con los acontecimientos exóticos, pero todavía no se atreve a experimentarlos en realidad… el aficionado que ha abandonado voluntariamente a su familia y desatendido sus ocupaciones, se ve sorprendido por una tormenta de nieve en las pendientes de la montaña y sin duda se arrepiente de haber ido pero es demasiado tarde para volver atrás y lamentarse, a partir de ese momento se juega su pellejo, desde ese momento la aventura deja de ser aventura y puede convertirse en tragedia.”
En la tragedia ya no hay vivencia de aventura, y en el caso de poder atravesar lo trágico el recuerdo puede constituirse como traumático. El entusiasmo provoca en el protagonista la renuncia a la seguridad y el horizonte del riesgo, porque la aventura es vivida a la manera de sueño diurno, cuya contrapartida es la “seguridad sonámbula” a la que se refiere Simmel. Esta cuestión obliga a Vladimir Jankelevitch a introducir una diferencia entre el aventurero amateur y el aventurero profesional, ya que no es lo mismo aquel que trabaja y se encarga de que otros puedan vivir la experiencia de borde de una forma segura (generalmente una persona entrenada para ello) que aquellos que se lanzan a la aventura; esta pequeña gran diferencia suele evitar que la aventura “comience frívola, continua seria y culmine trágica” aunque como sabemos no existen las garantías totales en ninguna actividad.
Es de esperar que quienes están a cargo de los niños y jóvenes ocupen el lugar del aventurero profesional (o que para determinadas actividades busquen profesionales), ya que está dentro de su responsabilidad el diseño seguro y planificado de los distintos momentos de la aventura. Esto no quiere decir que quienes protagonizan la aventura dejen de vivirla con entusiasmo, incertidumbre, “adrenalina”, pensando que su realización los lleva a un futuro impredecible… Distinta será la posición del profesional ya que es muy probable que si de una excursión se trate la realice con anterioridad ubicando los lugares de riesgo y los lugares seguros, informándose sobre los lugares a donde se irá, tomando todos los recaudos que permitan realizar una actividad de forma segura. El surgimiento de lo inesperado debe ser para los protagonistas, no para quien guía y diseña la aventura, para él lo inesperado es reducido a su mínima expresión.
(En la próxima publicación la segunda parte de “Escultismo y aventura”, cuyos títulos son: la aventura entre el juego y lo serio -la aventura y el arte - diseñando y dirigiendo la aventura)


[1] Georg Simmel (1858 – 1918) “Sobre la aventura” – 1910 Ed Peninsula 2005
[2] Vladimir Jankelevitch (1903 – 1985) “La aventura, el aburrimiento y lo serio” 1963 Ed Taurus 1992


[i]

9 comentarios:

Fernando dijo...

"ya que el mismo ha sido empobrecido desbastado y vaciado de sentido por interpretaciones reduccionistas que buscaron correrlo de escena"

Me cuesta ver en dónde ha ocurrido esto.

"mediante recursos discursivos como la sinécdoque (la parte por el todo)"

¿Puede citar algún texto?

"dando lugar a definiciones “pedagógicamente aceptables” para la Educación Formal /sistema de educación escolar; de esta manera pareciera que el escultismo “no atrasa”

¿Cómo sería algo pedagogicamente aceptable pero contrario al espiritú del movimiento?

Y no entiendo cómo se logra mostrar que el movimiento scout no atrasa. En realidad no entiendo concretamente a qué se refiere cuando habla de reducción del concepto.

Anónimo dijo...

Estimado Fernando (1)
Estimado Fernando.
En la interpretación de las palabras, los conceptos y los símbolos SIEMPRE se juegan posiciones ideológicas de los interpretantes- La lucha que se da en las organizaciones es ante todo HERMENEUTICA (el arte de la interpretación) esto hace entre otras cosas que con el tiempo, los sentidos de las palabras se pierdan o cambien sustancialmente (por ejemplo en los 80 careta eran chicos de mucho dinero, hoy es quien no consume drogas) produciéndose desplazamientos en la significación.
Veras que el articulo se conforma con una presentación, una breve contextualización histórico social del surgimiento del escultismo y de la Fenomenologia de la aventura, y la caracterización general de lo que puede considerarse como aventuroso. Los ítems a desarrolar serán: la aventura como ruptura, la aventura como experiencia de borde, la aventura entre el juego y lo serio, la aventura y el arte, diseñando y dirigiendo la aventura.
Las interpretaciones a lo largo de la historia parecen haber ido ciñendo a “la aventura” a una actividad de riesgo que sucede en la naturaleza, favoreciendo con esto el desarrollo de determinada forma de entender a la aventura dentro del escultismo, muchas veces esto favorecido por visiones militaristas y de supervivencia del mas apto, generándose a su vez la corriente opuesta como respuesta. De eso se trata el empobrecimiento, desbaste y vaciado de sentido que se ha producido; por eso en el texto luego de la breve ubicación del contexto de surgimiento de la Aventura, se caracteriza a la AVENTURA acorde a lo planteado por el filosofo Georg Simmel (en el ambiente académico se considera el trabajo mas serio sobre el tema) para recuperar el potencial de dicho término, de allí que a la visión que reduce la aventura a un hecho de riesgo en la naturaleza, se la resignifica recuperando el fuerte sentido de RUPTURA CON LO COTIDIANO y demás características, lo que permite ubicar a actividades en la naturaleza como una actividad entre otras que puede ser considerada aventura, de allí que un juego, una actividad en el local, un proyecto de servicio o cualquier tipo de actividad cultural puede ser vivido como aventura si se cumplen las características… también actividades delictivas, consumo de sustancias que es algo que en mi profesión se ubica rápidamente en el relato de los niños y jóvenes que consumen sustancias y que a veces se encuentran en problemas con la Justicia… un punto que no se cita pero también debería incluirse es el amor como aventura…

Anónimo dijo...

(2)
El empobrecimiento del significante AVENTURA provoca la utilización de otro tipo de significantes, y es en el discurso que se opera por medio de la sinécdoque. Como ejemplo de ello simplemente fijate cuando se dice que en los scouts se trata de la EXPLORACION, en los caminantes del DESCUBRIMIENTO y en los Rovers de la PARTICIPACION SOLIDARIA Y EL PROYECTO DE VIDA. Todos estos aspectos están incluidos en la AVENTURA, Podes buscar en los textos oficiales el cómo se utiliza el término (en los documentos Rovers ni aparece) porque no pienso ponerme a realizar citas fuera del contexto de los documentos por el simple hecho de que utilizen la palabra aventura o no… Por supuesto que también se pueden realizar determinadas actividades y proyectos que no se vivan como AVENTURA y que responden de realización que dificulta el vivirlo de esa manera (por ejemplo la colecta obligatoria o las actividades de formato escolar)
Los propios dirigentes (al menos en mi lugar) difícilmente consideren aventura a un proyecto comunitario…y esto tiene que ver con los usos del lenguaje y el empobrecimiento del termino. La omisión del uso del significante en los textos ubica su empobrecimiento
Lo “pedagógicamente aceptable (desde la educación formal)” tiene que ver con que las formas en que se realizan o se enuncian las actividades en coincidencia con determinados marcos teóricos/ideológicos en los que se sustenta la educación formal . Existe también la educación No formal y la educación popular que utiliza otras formas que pueden no parecer aceptables para los formatos ideologico- teoricos de la educación formal, como pueden ser las diversas formas que en nuestro continente se traspasa la cultura en las distintas comunidades, las formas de aprendizaje de lo artesanal y de la enseñanza de habilidades (tema harto trabajado en apuntad alto). Generalmente la utilización del término “atraso” se utiliza en comparación con estos formatos teorico/ideologicos… estos no se discuten y operar como si fueran lo verdadero de lo verdadero…
¿En donde hable de algo pedagógicamente aceptable pero contrario al espíritu del movimiento? ¿? Entiendo que me he referido exclusivamente a la caracterización de la aventura como RUPTURA, de allí se puede afirmar (y lo hago) que determinadas actividades obligatorias o en formato de la pedagogía formal imposibilitan o dificultan que sean vividas como aventura, pero entiendo que no todo el escultismo es una aventura, por lo que hay actividades pedagógicamente aceptables que van perfectamente con el “espíritu” del movimiento, pero que no pueden ser consideradas aventurosas por lo que es mas difícil que provoquen ciertas huellas en el sujeto-
Espero le haya servido.
Saludos
Buho Terco

Unknown dijo...

Muy buena introducción al tema, Y nada menos que metiendote con Simmel. Me dejas ansioso por saber cómo sigue.
Pero, a riesgo de adelantar algo que mencionarás más adelante, me gustaría agregar que la aventura está presente en los Rovers - si no en los documentos actuales de SdeA - sí claramente en los del movimiento en general y en el roverismo en particular. Esta está 'traducida' en el DESAFÍO, que es la base de las actividades del/la joven y, precisamente en los términos que vos expresás.
No aclaro más para no aguarte la sorpresa de los próximos capítules de esta "aventura de la aventura".
Un abrazo. Ale

Anónimo dijo...

Simmel fue todo un descubrimiento para mi, ya que no lo conocía y por esas cosas de la vida y del trabajo me contacte con los textos de este filosofo- sociologo, asi que como es tu rubro se acepta todo lo que escribas sobre el tema jajaja. Empece a usar sus categorias en otros contextos (cuestiones clinicas con menores con problemas con la ley) y venia como anillo al dedo para hacer algo con el tema de la aventura en el movimiento...

Adelantá todo lo que quieras, como siempre para mi es un gusto leerte (ya que no nos podemos encontrar fisicamente) La idea es hacer un texto general en dos partes dado lo vasto del tema, no pensaba meterme especificamente en las ramas sino en lo que podria denominarse el concepto y su caracterizacion, despues cada uno sabra que hacer en funcion de su experiencia, si le sirve o no...

Lo de los Rovers y la aventura lo recuerdo en los textos generales, creo que se desdibuja en el material de la asociacion porque se apunto en ese momento hacia otro tipo de cuestiones (los textos tienen contextos) produciendose una SINECDOQUE al utilizar DESAFIO por AVENTURA, aunque nadie mejor que vos para decir si en esto me equivoco... asi que de ser posible los aportes seran valorados por quienes leen los textos (y por mi ya que siempre son enriquecedores)

Creo que es un buen tiempo para hacer sintesis dialectica jajajajaja... la Epoca lo reclama

Un abrazo!
Buho Terco

Un dirigente de a pie dijo...

Zzzzzzzzzzzzz... Uy, perdón. Me dormí mientras lo leía, ¿no me hacés un resumen?

Anónimo dijo...

El titulo de este apartado no dice "comentarios" sino "contribuciones". De la misma manera que en tu blog de origen marplatense, te ocultas en el anonimato para desestimar el trabajo de las personas. ¿Vos educas pibes?... a claro... preferis estar "dormido"...
Buho Terco

Anónimo dijo...

Creo que muchos se detienen en lo superficial de la nota y no llegan a entender a lo que creo que vos apuntas Buho.

Ser dirigente, ser aventurero profesional. " reducir lo inesperado"...

Sigo siempre tus artículos y leí volved a BP... Hasta ahora nunca había comentado, pero al leer esta última nota, te imaginaras porque, quise comentar....

Un abrazo grande
siempre listo

Anónimo dijo...

Estimado...
algo de eso hay... diferenciar a quienes viven lo aventurado de quienes dirigen la aventura, establececer claramente esa diferencia...

SALUDOS
BUHO TERCO

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